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Presidente de la Comisión de Justicia y Asuntos Penales del Honorable Senado de la Nación
Senador Rubén Marín
De nuestra mayor consideración:
Somos las internas de la planta de madres de la Unidad Nro 31 de Ezeiza y nos dirigimos a usted en un intento desesperado para solicitar su ayuda, ya que nadie se interesa por nuestros hijos y mucho menos por nosotras.
Queremos plantearle los motivos por los cuales estuvimos reclamando e iniciamos en su momento la “Huelga de hambre colectiva”.
- Primero y principal: No estamos conformes con el manejo de la administración del centro médico. La mayoría de los niños están enfermos. Hay bronquiolitis, gastroenteritis, anemias, por nombrar algunas. No hay pediatra de guardia por la noche como tampoco un obstetra, por las muchas internas embarazadas. Esperan hasta último momento para sacarnos al hospital, y a veces llegan muy tarde, cuando ya no hay solución. No hay nebulizadores, ni vacunas, ni medicamentos suficientes (a veces ni siquiera están a disposición) y sacarnos al hospital de la calle es prácticamente imposible ya que supuestamente tienen que estar sumamente graves para salir extramuros. Ni hablar de armar un escándalo. porque las sanciones están a pedir de boca, aunque solo sea por reclamar un derecho.
No hay forma de describir la impotencia que sentimos.
Son nuestros hijos los que están en peligro
- En segundo lugar, ellos no cuentan con un espacio libre recreativo donde puedan olvidar un poco su propia privación de la libertad.
Hay niños que no saben lo que es la luna, un perro, un árbol o un auto. La mayoría ni siquiera tiene juguetes. Los únicos un poco más privilegiados son los pocos que pueden ir al jardín. Los bebés que gatean ni eso pueden hacer, ya que nos dan ½ litro de lavandina por semana para limpiar y desinfectar un lugar donde viven 11 madres con sus bebés.
- En tercer lugar, y sumamente importante es mejorar el refuerzo de los niños que cuenta con una pequeña feta de carne por día; un zapallito, un par de hojas de acelga o tomates, 1 cebollita, 1 papa, 1 naranja, 1 yogurth y una manzana por semana; 1 manteca, 1 gelatina, 1 flan, 1 pedacito de queso y 1 paquete de galletitas por mes.
Nos sentimos abandonadas por los jueces. Sabemos que se aprobó la ley del arresto domiciliario en provincia pero no en capital. La cámara de diputados dio la media sanción. Faltaría que el senado dé una respuesta. Es la información que tenemos y es otro de los motivos principales por los que hicimos la huelga de hambre y hasta ahora nadie nos ha escuchado ni han venido a hablar con nosotras y darnos una solución.
Le rogamos que nos escuche, que vea las condiciones en que vivimos día a día con nuestros hijos par que se dé cuenta de que lo que estamos reclamando no son detalles, son necesidades urgentes.
Lo que se ve de afuera es solo una pantalla. Es lo que quieren que se vea, como una unidad modelo, pero la realidad es otra. Lo que documentan no existe, y si existe, a nosotras no nos llega.
Ni siquiera podemos comprar en proveeduría porque nos cobran el triple y lo que pagan por trabajar, una miseria. Están jugando con la alimentación y la salud de nuestros hijos.
Ya no sabemos en quién confiar porque ni siquiera la señora presidenta Cristina F. de Kirchner ha cumplido con sus promesas de beneficios para las detenidas.
esperamos tener una solución a nuestros pedidos. Queremos respuestas, no promesas. Alguien tiene que oírnos.
Senador Rubén Marín
De nuestra mayor consideración:
Somos las internas de la planta de madres de la Unidad Nro 31 de Ezeiza y nos dirigimos a usted en un intento desesperado para solicitar su ayuda, ya que nadie se interesa por nuestros hijos y mucho menos por nosotras.
Queremos plantearle los motivos por los cuales estuvimos reclamando e iniciamos en su momento la “Huelga de hambre colectiva”.
- Primero y principal: No estamos conformes con el manejo de la administración del centro médico. La mayoría de los niños están enfermos. Hay bronquiolitis, gastroenteritis, anemias, por nombrar algunas. No hay pediatra de guardia por la noche como tampoco un obstetra, por las muchas internas embarazadas. Esperan hasta último momento para sacarnos al hospital, y a veces llegan muy tarde, cuando ya no hay solución. No hay nebulizadores, ni vacunas, ni medicamentos suficientes (a veces ni siquiera están a disposición) y sacarnos al hospital de la calle es prácticamente imposible ya que supuestamente tienen que estar sumamente graves para salir extramuros. Ni hablar de armar un escándalo. porque las sanciones están a pedir de boca, aunque solo sea por reclamar un derecho.
No hay forma de describir la impotencia que sentimos.
Son nuestros hijos los que están en peligro
- En segundo lugar, ellos no cuentan con un espacio libre recreativo donde puedan olvidar un poco su propia privación de la libertad.
Hay niños que no saben lo que es la luna, un perro, un árbol o un auto. La mayoría ni siquiera tiene juguetes. Los únicos un poco más privilegiados son los pocos que pueden ir al jardín. Los bebés que gatean ni eso pueden hacer, ya que nos dan ½ litro de lavandina por semana para limpiar y desinfectar un lugar donde viven 11 madres con sus bebés.
- En tercer lugar, y sumamente importante es mejorar el refuerzo de los niños que cuenta con una pequeña feta de carne por día; un zapallito, un par de hojas de acelga o tomates, 1 cebollita, 1 papa, 1 naranja, 1 yogurth y una manzana por semana; 1 manteca, 1 gelatina, 1 flan, 1 pedacito de queso y 1 paquete de galletitas por mes.
Nos sentimos abandonadas por los jueces. Sabemos que se aprobó la ley del arresto domiciliario en provincia pero no en capital. La cámara de diputados dio la media sanción. Faltaría que el senado dé una respuesta. Es la información que tenemos y es otro de los motivos principales por los que hicimos la huelga de hambre y hasta ahora nadie nos ha escuchado ni han venido a hablar con nosotras y darnos una solución.
Le rogamos que nos escuche, que vea las condiciones en que vivimos día a día con nuestros hijos par que se dé cuenta de que lo que estamos reclamando no son detalles, son necesidades urgentes.
Lo que se ve de afuera es solo una pantalla. Es lo que quieren que se vea, como una unidad modelo, pero la realidad es otra. Lo que documentan no existe, y si existe, a nosotras no nos llega.
Ni siquiera podemos comprar en proveeduría porque nos cobran el triple y lo que pagan por trabajar, una miseria. Están jugando con la alimentación y la salud de nuestros hijos.
Ya no sabemos en quién confiar porque ni siquiera la señora presidenta Cristina F. de Kirchner ha cumplido con sus promesas de beneficios para las detenidas.
esperamos tener una solución a nuestros pedidos. Queremos respuestas, no promesas. Alguien tiene que oírnos.
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